¿Veis que cara de susto puso Yousra? ¡Pues no era por nada malo! Era por... ¡la visita de Renardico!
Renardico nos escribió una carta para contarnos que se había enterado de que le habíamos hecho un mural y quería venir a verlo personalmente. Nos dijo que si queríamos preguntarle algo, aprovecháramos que respondería a nuestras dudas. Pero ocurrió un terrible accidente al llegar a la sala: se tropezó, se golpeó en la cabeza y... ¡perdió la memoria! No se acordaba de nada, ni de qué le gusta comer, ni de si tiene mamá, ni de dónde vive... ¡un desastre total! Menos mal que nosotros le vamos a ayudar y vamos a investigar mucho sobre los zorros para que, cuando vuelva, le podamos devolver sus recuerdos y todo lo que necesita saber sobre sí mismo.
¡Manos a la obra!
Jajaja! Menuda puesta en escena!!! Pobre Renardico, suerte que había botiquín!!!!!
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